La sucesión a "la era K" (en sus dos vertientes, una por dentro y otra por fuera del PJ), opaca un tanto un tema que atraviesa a ambas "opciones". Y es que una nueva clase de rentistas y productores/exportadores, básicamente (pero no exclusivamente) camperos, promueve el fin de la etapa redistribucionista en la Argentina (etapa de tibios logros, que ni de lejos recuperaron el terreno perdido en la onda larga del neoliberalismo argentino 75/01 ) y propone un modelo agro exportador (agrobussines for export, estaría mejor significado) de cuño tecnológico. Modelo que postula un tipo de cambio único (sin retenciones ni cortapisas) y funcional "al campo". Dada la dualidad de la economía nacional y el bajo nivel de empleo (directo e indirecto) que genera ese modelo, la perspectiva para las mayorías populares son preocupantes. Ese proyecto de país es el que se va imponiendo en el terreno de las ideas y de las representaciones institucionales. Posterga a las variantes desarrollistas, tanto a la duhaldista como a la redistribucionista de fallido intento del primer gobierno K.
Si no generamos alguna propuesta superadora, basada en la sensatez de asegurar frente a la crisis propia y global un programa mínimo de expansión de ciudadanía, la vamos a pasar mal. Se necesita un programa mínimo que asegure alimentación, vivienda, educación y salud para TODOS. Remito en esto a mi nota de P/12 (www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-113461-2008-10-17.html) . Ese programa mínimo demanda una profunda reforma del estado y la revisión de tres marcos normativos heredados de la dictadura: el sistema tributario, la ley de entidades financieras y la ley de radiodifusión.
Ahora bien, como sabemos, estas cuestiones no se dirimen en el terreno de la racionalidad, ni de la técnica. Demandan fuerza politica. No es el PJ remozado ni la UCR resucitada al amparo de la rosa.
Objetivamente, hay actores para armar esa fuerza: emprendedores (ligados al mercado interno antes que al mundial), obreros y empleados, profesionales, cuentapropistas e intelectuales, y pobres cada vez más pobres (30% sobre una población de cuarenta millones), entre otros de menos peso relativo.
También hay condiciones internacionales favorables (crisis), como las hay para el agrobussines for export (la crisis). La diferencia (brutal, por cierto) es que ellos han ganado la confianza de "la gente" y pagan a los casquivanos medios, y nosotros ni siquiera somos un "nosotros".
lunes, 23 de febrero de 2009
jueves, 19 de febrero de 2009
La contra PRO
Alejandro Otero, titular del FG, se refirió al otorgamiento de sobresueldos a los funcionarios porteños.
“Curiosa lógica la del gobierno de la Ciudad, que promueve el otorgamiento de sobresueldos de dudosa legalidad a los funcionarios políticos, pero rechaza adherir a una Ley nacional sancionada por el Congreso”, manifestó el titular del Frente Grande en la Capital Federal, Alejandro Otero, en relación a la resolución del gobierno de la Ciudad de otorgar incentivos a los “buenos funcionarios” y la negativa de adherirse al régimen de moratoria y blanqueo sancionado por el gobierno nacional.
“El neoliberalismo tardío macrista insiste con un enfoque gerencial de la Ciudad y promueve soluciones empresariales para sus problemas de gestión. Salvo el bolsillo de los funcionarios políticos del gobierno de la Ciudad, en nada va a mejorar la vida de los porteños con los sobresueldos que promueve Macri. Además, ¿a quién se lo van a dar si la gestión del 2008 fue penosa? Ni mejor ni peor que otras, pero sí más cara”, sentenció Otero.
“Macri prefiere lastimar el bolsillo de los ciudadanos con impuestazos y endeudamiento, y al no adherir al blanqueo que aprobó el Congreso, poner en desventaja a la ciudad para atraer inversiones que promuevan trabajo y desarrollo. ¿Por qué no condiciona la obtención del beneficio a la aplicación de fondos, en lugar de ir torpemente, con voracidad fiscalista, a desalentar a probables inversores?. Por ejemplo, ¿por qué no premia la inversión productiva y la generación de empleo, y sanciona la mera exteriorización de fondos?. El blanqueo es una medida controversial sin dudas. Pero privarse de sus beneficios por la defensa de una supuesta cultura tributaria, en un país y una Ciudad con sistemas tributarios tan regresivos, es una hipocresía y una estupidez”, finalizó Alejandro Otero, presidente del Frente Grande Capital.
Link a la nota: http://www.genteba.com.ar/opinion/notas/opinion_nota.php?id=23
Publicada en Gente de Buenos Aires (19 de Febrero de 2009).
sábado, 14 de febrero de 2009
Macri, Solá y De Narváez son el neoliberalismo en su expresión local
Mauricio Macri, Felipe Solá y Francisco De Narváez dieron a conocer públicamente su alianza de cara a las elecciones de Octubre el pasado miércoles. Esta alianza significa la extensión y consolidación de la alternativa neoliberal tardía. Macri, Solá y De Narváez son el neoliberalismo en su expresión local: menemismo.
Macri busca escapar del debate local priorizando la cuestión nacional porque no puede mostrar una gestión diferente. Tras un año de mandato dejó de ser lo nuevo o el cambio en la ciudad. Es lo mismo que siempre, pero más caro. Nosotros, desde el Frente Grande, proponemos un proyecto de gestión superador para la Ciudad.
Que se junten ayuda porque ordena y clarifica el escenario nacional frente a la discusión de fondo a debatir: la distribución de la riqueza y el ingreso en el país.
Macri busca escapar del debate local priorizando la cuestión nacional porque no puede mostrar una gestión diferente. Tras un año de mandato dejó de ser lo nuevo o el cambio en la ciudad. Es lo mismo que siempre, pero más caro. Nosotros, desde el Frente Grande, proponemos un proyecto de gestión superador para la Ciudad.
Que se junten ayuda porque ordena y clarifica el escenario nacional frente a la discusión de fondo a debatir: la distribución de la riqueza y el ingreso en el país.
viernes, 13 de febrero de 2009
¿Qué hacer en la ciudad?
¿Qué hacer en la ciudad?
El autismo ante la crisis global, el desprecio manifiesto por lo público y por la suerte de los sectores populares que evidencia el macrismo, sumado a la fenomenal transferencia de recursos hacia los sectores más concentrados del capital, merecen constituirse en el "límite" de la construcción política común.
Sobre cómo enfrentar las próximas elecciones en la Ciudad existe un debate tan sordo como intenso y que, de momento, no logra aglutinar al campo popular. Si bien no hay que descartar que resulte imposible sumar fuerzas, conviene detenerse en el análisis de las posturas que se expresan en esta coyuntura.
Hay dos cuestiones centrales en debate. La primera es táctica: ¿cuál es el mejor escenario electoral? ¿El de la elección conjunta o desdoblada? Y la local, ¿debe acompañarse de las elecciones comunales? En nuestra opinión, la elección desdoblada con inclusión de comunas es el mejor escenario. La justificación está ligada al análisis de la segunda cuestión en discusión. Veamos. Para una parte del campo popular, lo relevante es el posicionamiento respecto del gobierno nacional. En este sentido, más de un referente convoca a la "unidad", y acto seguido descarga una larga lista de críticas al gobierno nacional: desde la prórroga a las concesiones petroleras hasta el amague de pagarle al Club de París, pasando por el "tren bala" y el veto a la ley de los glaciares, como también la concentración económica y su contracara de mayor desigualdad. Pero, ¿son éstas las cuestiones que aglutinan para la construcción de una fuerza plural y democrática, progresista y popular, capaz de disputarle la Ciudad en 2009 y 2011 al neoliberalismo tardío macrista? Nos parece que no. Además de debatir estas cuestiones, no hay que relegar el histórico impulso dado al progreso material de las grandes mayorías en los últimos años. El sostenido ritmo de crecimiento económico; la ampliación del empleo, la inversión pública y el ingreso de los jubilados; la recuperación del patrimonio público en los casos del Correo, Aerolíneas y el sistema previsional; lo realizado en materia de defensa de derechos humanos; la renovación de la Corte Suprema; la audacia para disputar la renta agraria, y la decisión de enfrentar la crisis económica mundial por fuera de las recetas ortodoxas, no debe ser soslayado a la hora de hacer un balance del gobierno nacional.
Desde el Frente Grande, vemos en este gobierno nacional un Gobierno en disputa. Disputa entre sectores dinámicos y conservadores, que se contradicen en un conjunto de políticas progresistas y actores políticos retrógrados (que lucen como aliados). Esta disputa requiere, a nuestro entender, la toma de posición de los actores populares, para evitar que la desfavorable correlación de fuerzas arrase con los relevantes avances de estos años. Entendemos a quienes no creen en la posibilidad de una construcción que "acompañe" como aliada al gobierno nacional. Pero las diferencias que tenemos no deben obstruir la construcción de la unidad en la diversidad frente al adversario (y enemigo) común. Sorprende que esos referentes (Pino Solanas es el mejor ejemplo) no hayan encontrado espacio para criticar, con el mismo esmero y lucidez, al gobierno de la Ciudad.
El autismo ante la crisis global, el desprecio manifiesto por lo público y por la suerte de los sectores populares que evidencia el macrismo, sumado a la fenomenal transferencia de recursos hacia los sectores más concentrados del capital, merecen constituirse en el "límite" de la construcción política común. Esto, y no los posicionamientos frente al gobierno nacional. Es decir, planteamos que la cuestión central a debatir en este contexto es si en la Ciudad se debe priorizar la oposición al gobierno nacional, o la construcción de la oposición al proyecto macrista (a través de un proyecto superador para la Ciudad). Nosotros priorizamos la segunda opción firmemente, siendo ésta la tarea del momento: bloquear el avance del neoliberalismo en las legislativas 2009, para cerrarle el paso a un nuevo gobierno en la Ciudad en 2011 y a convertirse en alternativa nacional. Tarea en paralelo y compatible con la de construir una fuerza política, social y cultural que sea capaz de impulsar un proyecto de transformación en la Ciudad y en el país.
* Presidente del Frente Grande Capital
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