lunes, 5 de noviembre de 2012

“Los que enfatizan la escasez de divisas alientan una devaluación”


Año 5. Edición número 233. Domingo 4 de noviembre de 2012
Por 
 Felipe Deslarmes
Para el dirigente del Frente Grande y experto en temas fiscales, Alejandro Otero, el problema económico más grave que atraviesa la Argentina no es la escasez de divisas: “Quienes enfatizan ese punto resaltan una banalidad”, afirmar en diálogo con Miradas al Sur. “Parece bastante difícil focalizar en la escasez de divisas cuando existe un saldo de comercio exterior mayor a los 10.000 millones de dólares y reservas genuinas de más de 45.000 millones de dólares, como tenemos hoy en el país”, asegura ese tributarista, que elige centrar la mirada en la cuestión de para qué usos son escasas las divisas y en las prioridades de la política económica. También habla de ahorro, del mercado de capitales y de los fondos buitre.Entrevista. Alejandro Otero. Economista
–¿Cuál es el cuadro financiero argentino?
–En un contexto de crisis internacional como el actual, es necesario tener iniciativas de prevención y defensa de la economía nacional. Muy razonablemente, el Gobierno ha preferido priorizar la preservación de la producción y el trabajo argentinos. De modo que ciertos usos de las divisas, como la fuga al exterior, el atesoramiento, el turismo externo o la repatriación de utilidades, se ven momentáneamente restringidos. Y otros usos, como la financiación de importaciones imprescindibles para el desarrollo económico o el pago de los compromisos externos, son priorizados y logran las divisas que requieren. Muchos de los que enfatizan en la escasez de divisas, en el fondo alientan una devaluación. La devaluación acelerada o la liberalización del acceso a las divisas en el contexto actual impactaría de lleno contra el salario y el empleo de los argentinos.
–¿Cómo se preservan los ahorros en un contexto inflacionario? 
–Vivimos un momento de transición, donde un sector importante de las capas medias se ve limitado en su posibilidad de refugiarse en dólares frente a la inflación. Pero la Argentina vive un momento excepcional de crecimiento económico que se va a sostener en la medida en que no cambie el rumbo económico. Aun con el contexto inflacionario actual se van a ir generando las alternativas de ahorro en pesos que permitan sustituir la tradicional fuga hacia al dólar que, muchas veces, responde más al reflejo atávico que a la racionalidad económica. El Gobierno viene promoviendo opciones y facilitando su generalización, sobre todo en torno del mercado inmobiliario.
–¿Cuánto puede pesar la reforma en el mercado de capitales?
–Históricamente el mercado de capitales en la Argentina ha sido irrelevante. Lo cual constituye un problema. Las medidas tendientes a aumentar su tamaño y la orientación al financiamiento de las actividades productivas son bienvenidas y las recientes medidas del Gobierno apuntan en ese sentido, aprovechando las posibilidades de desarrollo que generó la reforma de la Carta Orgánica del BCRA. Me parece que una combinación de ampliación de la oferta de ahorro disponible para la producción con el desendeudamiento del sector público genera condiciones necesarias para el desarrollo productivo. Diametralmente opuesta es la política que se viene llevando en la Ciudad de Buenos Aires, donde pese a contar con el presupuesto más alto de la historia y a los sucesivos impuestazos, se ha cuadruplicado el endeudamiento. Y peor aún resulta que las obras que se prometió financiar con ese endeudamiento, no se concretan.
–¿Qué tan preocupantes son las últimas acciones de los fondos buitre? 
–El reclamo de los fondos buitre es inatendible. Rechazaron el canje que mayoritariamente aceptaron los acreedores. Reconocerles condiciones más ventajosas que las otorgadas a otros bonistas es un disparate. Apuestan a encontrar un gobierno suficientemente débil como para imponer sus pretensiones. Y no veo que vaya a suceder eso en el futuro inmediato de la Argentina.

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